SAL GEMA O HALITA 2
La halita o sal gema pertenece a la clase de los halogenuros y está formada por un compuesto, el cloruro de sodio, muy abundante en la naturaleza ya que es la principal sustancia disuelta en las aguas de todos los mares y lagos salados. Esta sustancia forma la sal común de cocina, a veces denominada sal marina debido a que se obtiene de las salinas que utilizan aguas marinas.
El cloruro de sodio, y por tanto la halita, cristaliza casi siempre en cubos que con frecuencia asumen una típica conformación que consiste en una concavidad de las caras del cristal. Dicho fenómeno se produce si la velocidad de crecimiento de este último, en lugar de ser uniforme, es mayor a lo largo de las aristas y menor en el centro de las caras. La halita también puede ser compacta o granular.
Al tratarse de un típico mineral apocromático, puede asumir diversas tonalidades. Además de incoloro, puede ser negruzco por la presencia de impurezas bituminosas, o bien rosado, rojo o amarillento, debido respectivamente a la presencia de inclusiones de finísimas algas, de hematites o de hidróxidos de hierro. El más frecuente color azul o violeta, con frecuencia distribuido de forma no uniforme por los cristales, parece deberse a fenómenos de radiactividad natural.
Vítrea, transparente o translúcida, la halita es blanda, ligera y frágil, además de exfoliarse perfectamente en cubos. Su característica principal es la fácil solubilidad en agua, a la cual confiere un agradable sabor salado, no comparable al sabor salado amargo que producen las sales de potasio y de magnesio.
Se trata de un buen conductor del calor y, a la llama, decrepita y colorea de amarillo el fuego. Algunos ejemplares, que contienen impurezas de cloruros de calcio y magnesio, son muy sensibles a la humedad ambiental y, por tanto, deben conservarse en recipientes bien cerrados.
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