RUTILO
El rutilo, constituido por bióxido de titanio, es un mineral accesorio bastante común de numerosas rocas intrusitas y metamórficas. Es duro y pesado, por lo que se concentra con facilidad en las arenas procedentes de la meteorización y puede formar depósitos explotables por la industria. Se reconoció como especie mineralógica a fines del siglo XVIII y su nombre deriva del vocablo latino rutilus (rojo), por su típico color. Destacan las variedades de rutilo sagenita y nigrina, la primera constituida por un fino retículo de cristales muy delgados y la segunda es negra debido a su elevado contenido en hierro. Los cristales aciculares de rutilo incluidos en cuarzo se denominan “cabellos de Venus”.
El rutilo pertenece a la clase de los óxidos. Su molécula está constituida por un átomo de titanio y dos de oxígeno, aunque es frecuente que presente cantidades variables de hierro, niobio y tántalo.
Cristaliza en el sistema tetragonal, en individuos prismáticos, truncados o alargados, con estriaciones verticales o, rara vez, en cristales piramidales. Cuando aparece incluido en cuarzo se presenta en largas y finísimas agujas similares a cabellos, rectilíneos o curvados, de un color que puede variar del marrón rojizo al amarillo. Su longitud a veces supera los dos y tres centímetros y sus agujas pueden estar dispuestas al azar o, con mayor frecuencia, en grupos radiados o paralelos.
Son muy comunes y características las maclas “en codo” o “en corazón”, aunque también abundan las maclas múltiples que originan formas complejas. Por ejemplo, la variedad sagenita, constituida por finos cristales entrecruzados que forman ángulos cercanos a 60º y una especie de retículo. Los colores habituales del rutilo son el rojo, el amarillo dorado y el marrón, aunque su variedad ferrífera puede ser negra, y las que presentan niobio y tántalo son de tonalidad gris negruzca. Pocas veces es transparente con brillo adamantino y, con mayor frecuencia, es opaco, translúcido y con brillo metálico. El color de la raya es siempre marrón.
Se trata de un óxido duro y pesado, frágil y de fácil exfoliación. Tiene fractura concoidal y es infusible e inatacable por los ácidos.
Además de cómo mineral accesorio de rocas intrusitas (granitos, sienitas y dioritas) y metamóficas (gneis y micaesquistos), el rutilo se encuentra bien cristalizado en las fisuras alpinas, dolomías y calizas cristalinas. Sobre todo está difundido en las arenas derivadas de la disgregación de las rocas madres.
El rutilo bien cristalizado es conocido en las fisuras alpinas del San Gotardo (Italia), los Grisones (Suiza) y Zillertal (Tirol austríaco). De Suiza proceden bellos cristales truncados sobre cuarcita (Lodrino, cerca de Bellinzona) y típicos crecimientos epitáficos de rutilo sobre hematites (Cavradi, los Grisones).
Grandes cristales de rutilo provienen de diversas localidades de Noruega, Australia, Brasil y Estados Unidos. En estos países se encuentran importantes yacimientos explotables industrialmente.
En España el rutilo es frecuente en los wolframatos de Galicia y León. Destacan las localidades de Carballo (La Coruña), Lalín (Pontevedra) y Ponferrada y Astorga (ambas en León). Magníficos ejemplares de rutilo proceden de Horcajo de la Sierra y Horcajuelo (Somosierra).
El rutilo es un importante mineral industrial del que se extrae el titanio, metal empleado ampliamente en la fabricación de aceros especiales y aleaciones.
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