GRANATES
Los minerales pertenecientes al grupo de los granates son muy conocidos, dado que algunos de ellos se han utilizado como gemas y abundan en la naturaleza. El granate era conocido desde la antigüedad, aunque con nombres diversos. El término granate fue utilizado por primera vez por Alberto Magno, filósofo y teólogo alemán, en 1270; deriva del latín granatus (gránulo), en alusión al aspecto redondeado de los cristales.
La familia de los granates comprende numerosas denominaciones según su composición química: el piropo, del griego pyr (fuego), rojo oscuro, rico en magnesio; el almandino o granate oriental, ferrífero, rojo, cuyo nombre hace alusión a la localidad turca de Alabanda; la espesartina, manganesífera, cuyo nombre recuerda el de la región de Spessart, en Baviera; la grosularia, que contiene calcio y aluminio, cuyo nombre deriva de la denominación botánica de la grosella; la andradita, ferrífera, denominada así por el mineralogista portugués Andrade; la uvarovita, con cromo, de color verde, que debe su nombre al noble ruso Uvárov, miembro de la Academia Imperial de San Petersburgo.
Los granates cristalizan en el sistema cúbico, con frecuencia en cristales isodiamétricos, bien formados, sin exfoliación, de colores diversos y con brillo adamantino. La dureza es elevada, en general alrededor de 7 en la escala de Mohs; se trata, por tanto, de minerales muy duros que no se rayan con la navaja. Pesados, su peso específico varía de acuerdo con la composición química. Por lo que hace referencia a la fusibilidad, los granates ricos en hierro, en particular el almandino, son más fácilmente fusibles que los otros; por lo general son poco atacables por los ácidos.
Químicamente son neosilicatos complejos: el silicio se encuentra en el centro de un tetraedro cuyos cuatro vértices están ocupados por átomos de silicio. Los tetraedros de este tipo no comparten ninguno de sus vértices, sino que se enlazan mediante elementos diversos; dado que algunos de éstos pueden sustituirse entre sí (isomorfismo), en la naturaleza no existen términos puros, sino mezclas de varios términos (por ejemplo, de almandino-piropo-espesartina o de grosularia-andradita-uvarovita; no es posible la mezcla piropo-uvarovita).
Una variedad de grosularia es la hessonita, del griego esson (“inferior”), debido a que tiene una dureza más baja que la del zircón, con el cual a veces es confundida. La andradita presenta una variedad incolora, la alocroíta, descrita en 1800 por el mineralogista portugués Andrade; otra variedad de andradita es la topazolita, de color similar al del topacio, del que deriva su nombre; el demantoide, verde, cuyo nombre significa “brillante como el diamante”; la colofonita, con brillo resinoso, y la melanita, negra, del griego melas (“negro”), que contiene titanio.
Los granates son minerales típicos de las rocas metamórficas. El piropo puede encontrarse también en rocas intrusitas fémicas (ricas en hierro y magnesio): el más conocido como gema procede de Bohemia (República Checa). La uvarovita se encuentra en los Montes Urales, Turquía y Finlandia.
En España son numerosas las localidades que han proporcionado buenos ejemplares de granates. De la Sierra de Segura (Jaén) proceden cristales dodecaédricos de piropo; excelentes cristales de almandino proceden del cabo Ortegal (Almería); buenos cristales de uvarovita proceden de Benasque (Huesca) y de la Serranía de Ronda (Málaga). La andradita es bastante frecuente; destacan los ejemplares de El Escorial (Madrid), del Tibidabo (Barcelona) y de Burguillos de Buitrago (Madrid); buenas muestras de grosularia proceden del cabo de Creus (Girona), Buitrago (Madrid), Bayarque (Almería), Orbaicite (Navarra), etc.
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