Minerales y rocas

ÁMBAR (4)

ámbar ruso

Se hacen numerosas imitaciones del ámbar, en ocasiones muy difíciles de diferenciar, cosa que únicamente puede realizarse con análisis en infrarrojo. Una de ellas es el ambroide o ámbar prensado, conocida comercialmente con el nombre de “ámbar ruso” debido a que se obtiene desde 1880 en los países de Europa oriental. Se utiliza el ámbar natural, en fragmentos no utilizables, pero de buena calidad, y se le somete a un proceso de calentamiento y de sucesiva presión, obteniendo así un producto con las características fisicoquímicas del ámbar natural. A veces se notan bandas paralelas o bien una coloración amarilla opaca perfectamente uniforme.
Son numerosas las resinas artificiales (o plásticos) que imitan muy bien el ámbar natural. La de uso más antiguo es le celuloide, en la actualidad sustituida por otros plásticos derivados de la caseína, como la galatita, la heroinita, la baquelita y la catalina. Su peso específico es notablemente más alto que el del ámbar natural y la prueba al pirógrafo (punta incandescente) “revela” el típico olor de plástico quemado. Las imitaciones en vidrio, dado su mayor peso específico, el brillo típico y la sensación de frío al tacto, son también fácilmente detectables.
Por último, con el nombre de copal se indican algunas resinas de diversas plantas –originarias de África, Australia, Nueva Zelanda y América del Sur- que no han pasado por el proceso de fosilización como el ámbar natural. Las características técnicas son muy similares, pero al pirógrafo el copal emana un olor dulzón fundiendo a una temperatura muy inferior (cerca de 200º C).

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