AZUFRE
El Azufre se presenta en dos tipos principales de yacimientos: los sedimentarios y los volcánicos. En los primeros el azufre se origina por reducción de sulfatos, por la acción de unas bacterias que se denominan “tiobacterias”. El estado intermedio de esta reducción debe originar ácido sulfúrico, que posteriormente se transformará en azufre nativo. Depósitos de este tipo, denominados solfaras, se encuentran en Sicilia (Italia), Texas y Lousiana (EE.UU.). En Sicilia el azufre se ha originado por reducción de yeso y anhidrita en contacto con capas de carbón. En estos yacimientos, al ser el azufre muy puro, se extrae mediante el método de Frasch, que consiste en la realización de un sondeo por el que se inyecta agua caliente que funde el azufre; éste es elevado a la superficie mediante la inyección de aire comprimido por otro tubo.
En los yacimientos volcánicos, la formación del azufre está relacionada con la actividad volcánica póstuma, concretamente con las fumarolas. Los vapores emitidos acostumbran a ser ricos en ácido sulfhídrico que, por oxidación, se transforman en vapores de azufre; por sublimación de éstos cristaliza en las chimeneas o en los alrededores de las fumarolas. Este tipo de yacimientos se conoce con el nombre de “solfataras”. En este caso se origina la forma monoclínica del azufre. Yacimientos solfataras se encuentran en las proximidades de los volcanes napolitanos y en la isla de Vulcano (Messina), ambos en Italia. Yacimientos industriales de este tipo se encuentran en México, Turquía, Indonesia y Japón.
En España se encuentra azufre de origen volcánico en diversas localidades de Canarias, como Tinguaro y Santa María, en la isla de Tenerife. Es frecuente encontrar azufre sedimentario asociado a yacimientos de yesos, en Fuentes de Nava (Palencia) y en Libros y Riodeva (Teruel). Magníficas cristalizaciones proceden de Conil (Cádiz) y Morón (Sevilla).
La mayor parte de la producción de azufre se destina a la obtención de ácido sulfúrico y a la fabricación de abonos y fertilizantes. Se emplea también en la vulcanización del caucho, en la obtención de fungicidas y desinfectantes, de algunos productos farmacéuticos, etc. Una de las aplicaciones más usadas del azufre en otros tiempos era la obtención de pólvora, mezcla explosiva de salitre (nitrato potásico), azufre y carbón.
Hoy en día, la mayor parte del azufre usado en la industria procede, como producto secundario, del petróleo y el gas natural.
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