Minerales y rocas

TALCO 2


Desde el punto de vista químico, el talco es un filosilicato de magnesio que contiene, además de este elemento, silicio, oxígeno y grupos hidroxilos (OH). Con respecto a la estructura, el silicio y el oxígeno se encuentran en relación de uno a cuatro y crean grupos tetraédricos con los vértices ocupados por oxígeno y el silicio en el centro. Estos grupos se unen entre ellos al compartir los tres átomos de oxígeno de la base tetraédrica, de esta manera forman mallas hexagonales de extensión indefinida. El magnesio ocupa el centro de un octaedro cuyos vértices están ocupados por átomos de oxígeno, o por grupos hidroxilos. Cada estrato octaédrico está comprendido entre dos tetraédricos, así se forma el denominado “paquete”. Los diversos paquetes se unen mediante enlaces más débiles, cosa que explica la fácil exfoliación del mineral.
El talco cristaliza en el sistema monoclínico, aunque nunca en cristales bien formados, sí en agregados laminares, escamosos o compactos. Sus láminas tienen en ocasiones un contorno pseudohexagonal y una perfecta exfoliación laminar similar a la de las micas.
El color del mineral suele ser blanco, pero también puede ser verdoso o grisáceo. Las masas compactas de la variedad esteatita son gris verdosas. La raya es blanca.
El talco es translúcido, con brillo nacarado en láminas y graso cuando se presenta en masas. Es blando (constituye el primer término de la escala de Mohs), séctil (se corta fácilmente con la navaja) y ligero (densidad de 2.7). Sus láminas son flexibles, pero no elásticas.
Se trata de un silicato untuoso al tacto y mal conductor del calor y la electricidad.

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