Minerales y rocas

AMATISTA


La amatista es una variedad de cuarzo distinguida por su color violáceo más o menos intenso. En Egipto y en Asia Menor era una de las tres gemas más utilizadas para la creación de joyas, sellos y tallas. Los antiguos griegos sostenían que la amatista constituía un excelente remedio contra los efectos del alcohol, de ahí su nombre amethistos (en griego “que impide la embriaguez”). Aunque, según Plinio, el nombre podría derivar más bien de su color, en ocasiones similar al del vino tinto.
El principal significado simbólico de la amatista era de tipo sagrado o religioso: es citada en la Biblia como una de las doce piedras colocadas sobre el pectoral que conservaba los nombres de las doce tribus de Israel. Durante la Edad Media, la amatista pasó a ser la piedra de los obispos y cardenales, símbolo de paz, castidad y desinterés por los bienes del mundo terrenal, además de representar el color de la pasión en la tradición religiosa cristiana.
La amatista es una variedad violeta púrpura del cuarzo. Como tal, está formada por bióxido de silicio y cristaliza en el sistema trigonal. Presenta un hábito cristalino en el cual están más desarrolladas las formas del romboedro que las del prisma, típicas del cuarzo incoloro. La coloración, debida a fenómenos de irradiación natural de los cristales que contienen hierro, aparece con frecuencia distribuida en zonas irregulares o paralelas a las caras principales del cristal, o bien se encuentra únicamente en la extremidad de los cristales, de hasta 10 o 15 centímetros de largo.
A menudo la amatista aparece en maclas, pero la existencia de los cristales individuales que forman la macla no la hacen fácilmente reconocible a simple vista. Tiene dureza 7 en la escala de Mohs, no posee exfoliación y es de brillo vítreo, en ocasiones enmascarado por la presencia de numerosas estrías paralelas entre sí en las caras. En su interior se pueden encontrar inclusiones típicas, como halos líquidos en cavidades aplanadas, de contorno en zigzag, y cristales aciculares pardos o rojizos en agregados.
Todas las amatistas, sometidas a temperaturas comprendidas entre los 400º C y los 500º C, se transforman en cuarzo citrino, o bien cambian de color, del violeta al amarillo pardo o diversas tonalidades de pardo-anaranjado. Muy similares a la amatista son la cordierita y la escapolita violeta. Con frecuencia se imita la amatista con vidrios y cuarzos sintéticos de color violeta.
La amatista se encuentra esencialmente en el interior de geodas de rocas basálticas. De ese mismo tipo son los vastísimos yacimientos de Brasil, Uruguay e India. Las geodas brasileñas, de formas redondeadas, pueden alcanzar dimensiones superiores al metro cúbico. La amatista se puede encontrar también en vetas y cavidades en pegmatitas, como las de Rusia y Madagascar. Además, existen yacimientos de amatista en Estados Unidos, Sri Lanka, Rumanía, la antigua URSS, Alemania y en las minas de Plattveld (Namibia).
Las variedades de amatista límpidas y de color intenso son talladas en forma oval o redonda con tallas en facetas y a veces en brillante. En cambio, las variedades más bien opacas suelen tallarse en cabujón.

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